viernes, 9 de octubre de 2009
PARA EL ENCUENTRO
Disfruta de la vida
disfruta del momento,
disfruta del amor
sin arrependimiento.
Entregate sin miedo
al hombre que te adora,
que ansía que seas
de su casa, Señora.
Dame esa flor
donde el amor anida,
corola de placer
en ti enternecida.
Deja que te lleve
a un mundo increible,
pasión desbordada
placer accesible.
Permite que te diga
al oido, sincero,
cuanto me ilusionas
y cuanto ¡te quiero!
TRANSPARENCIA
Hay que aprender a ser transparentes,
a que tus palabras se lean en tus ojos,
a que tu sonrisa sea el preludio de una acción,
a que todo tu cuerpo refleje eso que llamas Yo.
Hay que aprender a no esconder el interior,
a no tener miedo de este profundo océano,
a no tener miedo de sus claras profundidades,
a bajar siempre hasta encontrar nuestras verdades.
Hay que aprender a apreciar los suspiros,
a guardar nuestras lágrimas, nuestros latidos,
a respirar hondo el aire de la vida,
a no dejar que el último soplido se escape sin vivirla.
Hay que aprender a ser niños,
a apreciar cada día con una nueva emoción,
a recuperar esa capacidad de sorpresa,
a envolvernos con ternura e inocencia.
Hay que aprender a sentir,
a comprender este huracán se sentimientos,
a juzgar todo este embrollo de remordimientos,
a expresar con holgura todo lo que te hace vivir.
Hay que aprender a escapar del tiempo,
a no preocuparse demasiado por el mañana,
a comprender que lo que pasa, pasa,
a verlo como un rayo de luz
que poco a poco se apaga.
Hay que aprender a querer a tus recuerdos,
a no olvidar tu vida, tus sueños,
a revivirlos cuando todo comienza de nuevo.
Hay que aprender a vivir sin miedos,
a ver cada final como un nuevo comienzo,
a superar todo lo que nos hacer ser menos,
a desafiar con ganas cada nuevo reto.
EL TIEMPO TERMINA
Alguien disparó la flecha,
se acabó el tiempo,
la paloma plegó sus alas,
escondió la cabeza
y un pétalo rojo
se prendió a su pecho.
Alguien cerró el libro,
se acabó el tiempo,
de las manos del poeta
cayó la ilusión,
ya no quedan dibujos
y las palabras
se visten de papel.
Nadie miró al niño,
se acabó el tiempo
y murió la esperanza,
lloró una sonrisa,
en sus ojos una lágrima
que solo pedía amistad.
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