Fueron dos noches preciosas
las que contigo pasé,
la primera allá en tu tierra,
prodigio de furtivez
mirando siempre la hora
en que debias volver.
Pero el tiempo que estuvimos
que no se ni cuanto fue
queriéndonos locamente
con pasión a flor de piel,
compensó la larga espera
que fue el poderte tener.
Pero en la segunda noche,
noche distinta que fué,
no hubo relojes, ni prisas,
solo el amor y el querer
que atraparon con su fuerza
mi cuerpo y todo tu ser.
Y habrá mas noches, cariño
noches de inmenso placer,
noches de fuegos intensos
de pasiones desatadas
sin limites que temer
para poder entregarnos
a disfrutar del querer.
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