domingo, 18 de abril de 2010

un corazon loco


Abrí mi corazón y esparcí el contenido sobre la mesa como quien da vuelta una cartera en busca de un peine o unas llaves.
Tanto sentimiento colgando sobre el mantel me sorprendió. Había demasiado desorden en las emociones y caos en los afectos, como si se hubieran ido apilando de manera aleatoria en un rincón del ser, sin pedir permiso.
Lo absurdo fue que mientras más contemplaba la escena más me convencía de que tanta desorganización no tenía remedio. Mi corazón ya estaba acostumbrado al alboroto y quizás, si reacomodaba prolijamente cada sensación en un espacio distinto, corría el riesgo de que se hallara perdido y olvidara sus viejas pasiones.

Así que junté todo y lo volví a dejar como estaba, entendiendo que no hay forma de hacerlo cambiar.


Mi corazón es de los que se estremecen con el vértigo de los amores fugaces y espiralados. Lee historias a las que siempre les falta una página y adora verme el rimel corrido que señala que por allí pasó una lágrima.
No sabe latir de otra manera. Desconoce lo que significa pedir permiso para acariciar o para entusiasmarse.
Tiene un andar impulsivo y frenético que lo obliga a desoír advertencias y a no considerar las limitaciones ajenas. Será porque a pesar de su ímpetu, con sus propios defectos ya tiene bastante...


Es de los que se recuperan de una temporada en terapia intensiva y salen del hospital con renovadas ganas de volver a enfermarse.
No le interesa si es lunes, o si es tarde. Si hay ropa para lavar o si las plantas están pidiendo agua. Para él siempre es prioridad enloquecer de emoción y tener a mano los zapatos de baile.
Muchas veces sospeché que era dueña de un corazón frágil y amnésico.
Otras, de un corazón cobarde.
Hoy confirmo que soy la feliz propietaria de un corazón que no escatima y que es capaz de darlo todo a cambio de un poquito de "eso" que se parece tanto al amor.
Un corazón impulsivo y loco, siempre dispuesto a suicidarse en la asfixia de un abrazo, en la hoguera de nuevos besos o en la emoción de un especial encuentro.

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