viernes, 21 de enero de 2011

LA PLAYA




Cuando te sientas viejo,
sin fuerzas, sin ganas, sin nada,
toma una barca y navega
por el ancho mar del alma.

Si te pierdes en este inmenso mar
y no tienes brujula, ni motor,
ni radio, ni mapas,
sigue las olas...

Alza las velas y sigue las olas
que te llevarán a la playa más cercana.
Tal vez no sea tu playa,
ni una playa llena de bullicio,
ni la playa donde esté tu casa.
Ni una playa conocida,
pero esa es: LA PLAYA;
la playa que te estaba esperando,
para acogerte cansada
y acunarte en tu reposo
y darte el sentido del alma.

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